¿Cuándo te sientes ansioso, inquieto o frustrado, buscas algo para comer? ¿Picas entre horas? Comes más de lo que necesitas? ¿Comes muy rápido y no disfrutas de la comida? ¿Sientes culpa después de comer?
Si has respondido que sí a la mayoría de estas preguntas, puede que estés sufriendo ansiedad por comer.
La ansiedad por comer son las ganas de comer de forma desmesurada en momentos que consideramos inapropiados y es la manera en la que nuestro cuerpo nos avisa que hay algo más en nuestra vida que se encuentra fuera de control.
Esta ansiedad puede ser nutricional, cuando nos falta un nutriente, puede ser "hambre emocional", cuando hay un sentimiento que quiere salir, pero no le damos permiso por miedo a no poder manejarlo, puede ser mental, cuando hay un pensamiento o creencia que nos está generando mucho estrés y también puede ser espiritual, cuando no encontramos nuestro propósito o no sabemos adaptarnos a la vida. Por lo general, este trastorno de ansiedad se asocia a una compulsión que sentimos necesaria para "tapar" un malestar, sea cual sea, a través de la comida.
Comer por ansiedad puede tener efectos muy negativos en nuestro cuerpo, ya que puede acabar provocando sobrepeso, colesterol, hipertensión, insomnio, enfermedades cardiovasculares y un largo etcétera. Y no simplemente efectos negativos a nivel físico, sino que a nivel psicoemocional también es un trastorno que genera más ansiedad de la que ya tenemos, puesto que después de esa pequeña mejoría que sentimos al comer, vienen los arrepentimientos, el sentimiento de culpa, los remordimientos y todo un sin fín de pensamientos que nos generan todavía más malestar.
¿Qué podemos hacer para mejorar la ansiedad por comer?
Esta ansiedad por comer puede tener su origen en muchas cosas, por lo que siempre es recomendable acudir a un profesional para que nos ayude a gestionarla.
Entiende lo que te pasa: en esta entrada de blog te contamos qué es un ataque de ansiedad
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